R744 El dioxido de carbono

El dióxido de carbono, también conocido como CO2 o gas carbónico, se destaca como un fluido natural con una historia en el campo del frío que se remonta a 1866, lo que lo posiciona como uno de los fluidos "pioneros" en el desarrollo de sistemas de frío artificial. Inicialmente, compartió protagonismo con el amoníaco en aplicaciones marítimas, gracias a su cualidad no tóxica. Sin embargo, en la década de 1930, fue desplazado por el amoníaco debido a la mayor fiabilidad de las instalaciones de este último.

El CO2 presenta particularidades notables, como el hecho de desarrollar presiones considerablemente superiores a las de los fluidos más convencionales (alcanzando 34 bares a 0 °C). Esta característica impone la necesidad de componentes y métodos de trabajo más robustos y adaptados para su utilización en sistemas frigoríficos.

Durante las décadas de 1940 y 1950, los desafíos asociados con las altas presiones del CO2 llevaron a la preferencia por los clorofluorocarbonos (CFC) y los hidroclorofluorocarbonos (HCFC), que eran más fáciles de gestionar. No obstante, con el tiempo, la conciencia ambiental llevó a la prohibición de los CFC y los HCFC debido a su impacto negativo en el medio ambiente, abriendo paso a una nueva era de fluidos naturales en respuesta a las demandas del desarrollo sostenible.

En la actualidad, el CO2 se presenta como una opción respetuosa con el medio ambiente. Con un potencial de depleción de ozono (ODP) igual a cero y un potencial de calentamiento global (GWP) igual a uno, se destaca como una alternativa no inflamable y de baja toxicidad, adecuada incluso para la industria agroalimentaria.

Aunque el CO2 no requiere recuperación, es necesario evacuarlo en un lugar elevado y bien ventilado debido a su mayor densidad que el aire. Su producción frigorífica por metro cúbico aspirado en el compresor supera de 8 a 9 veces la de los HFC, lo que permite el uso de tuberías y compresores más pequeños.

Sin embargo, el CO2 presenta limitaciones en su rango de utilización, con un punto triple a 5.2 bares y -56.6 °C, y un punto crítico a 31 °C y 73.83 bares, lo que deja una zona reducida de operación. La condensación con el aire por debajo de 31 °C solo es posible durante el invierno, ya que el resto del año el condensador trabaja en la zona supercrítica con presiones superiores a 100 bares.

En resumen, a pesar de sus desafíos, el dióxido de carbono emerge como una opción atractiva en el contexto del desarrollo sostenible, ofreciendo ventajas ambientales significativas y abordando preocupaciones sobre sustancias perjudiciales para la capa de ozono y el calentamiento global.


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Abordar los riesgos asociados con la presencia de dióxido de carbono (CO2) en el aire, particularmente en entornos laborales.

  1. Concentración de CO2 en el Aire:
    • Se señala que el aire contiene aproximadamente un 0.04% de CO2, resaltando la presencia natural de este gas en la atmósfera.
  2. Peligros del CO2:
    • El texto enfatiza que, a partir de cierta concentración, el CO2 puede ser peligroso y, en casos extremos, mortal debido al riesgo de asfixia por privación de oxígeno, a pesar de no ser químicamente tóxico.
  3. Límite de Exposición y Efectos en la Salud:
    • Se establece un límite de exposición del 3% durante 15 minutos, resaltando la importancia de no sobrepasar este valor.
    • Se describen los efectos sobre la salud a diferentes concentraciones de CO2, desde un aumento en la amplitud respiratoria hasta la pérdida de conocimiento y la posibilidad de fallecimiento a concentraciones más altas.
  4. Inhalación de CO2 Concentrado:
    • Se detallan los efectos de la inhalación de CO2 concentrado, incluyendo la sensación de estrangulamiento, dificultades respiratorias y el riesgo de fallecimiento, especialmente con exposiciones prolongadas.
  5. Riesgos en el Lugar de Trabajo:
    • Se menciona el riesgo de apabullamiento nervioso y pérdida inmediata de conocimiento en concentraciones más altas de CO2, y se destaca la importancia de contar con ayuda externa y el uso de aparatos respiratorios autónomos.
  6. Detección Difícil del CO2:
    • Se subraya la dificultad para detectar el CO2, ya que es incoloro y pesado, lo que destaca la necesidad de medidas preventivas en lugares de trabajo con sistemas de refrigeración que utilicen CO2, como la instalación de ventilación mecánica.
  7. Preocupación por la Seguridad y Prevención:
    • El texto concluye resaltando la preocupación por la seguridad y la prevención, especialmente en entornos laborales, sugiriendo la necesidad de medidas como la ventilación mecánica en salas de máquinas con circuitos frigoríficos de CO2.

En general, el texto enfatiza la importancia de comprender y abordar los riesgos asociados con el CO2, proporcionando información detallada sobre los efectos en la salud y resaltando la necesidad de medidas preventivas para garantizar un entorno de trabajo seguro.








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