R-134a

El gas refrigerante R-134a es un HFC que sustituye al R-12 en instalaciones nuevas. Como todos los refrigerantes HFC no daña la capa de ozono. Tiene una gran estabilidad térmica y química, una baja toxicidad y no es inflamable, además de tener una excelente compatibilidad con la mayoría de los materiales. Su clasificación es A1 grupo L1.

No es miscible con los aceites tradicionales del R-12 (mineral y alquilbencénico); en cambio su miscibilidad con los aceites poliésteres (POE) es completa, por lo que debe de utilizarse siempre con este tipo de aceites.

R-134a es un refrigerante alternativo al R-12 para el retrofitting de la instalación o para instalaciones nuevas. Es muy utilizado en el aire acondicionado de los automóviles y en refrigeradores domésticos.

Su punto de ebullición bajo presión atmosférica es de -26,4 oC, su calor latente de vaporización de 216,3 kj/kg y, a 25 oC, su presión de saturación es de 6,621 bares.

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Mezclado con el aire, a una presión de 6 bares y a proporciones bien precisas, el R134a puede formar una mezcla explosiva.

La detección de fugas puede hacerse con una solución jabonosa, un detector electrónico o con un proyector UV especial que revela un reactivo fluorescente anteriormente inyectado en el circuito.

La lámpara haloidea no reacciona al R 134a pues no contiene cloro.

Toxicidad y almacenamiento

R-134a es una sustancia con muy poca toxicidad. El índice por inhalación LCL0 de 4 horas en ratas es inferior a 500.000 ppm y el NOEL en relación a problemas cardíacos es aproximadamente 75.000 ppm. En exposiciones durante 104 semanas a una concentración de 10.000 ppm no se ha observado efecto alguno. Los envases de R-134a deben ser almacenados en lugares frescos y ventilados lejos de focos de calor. Los vapores de R-134a son más pesados que el aire y suelen acumularse cerca del suelo

Propiedades físicas







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