fluidos y medio ambiente

En los años 80, los científicos observaron la evolución del agujero de ozono descubierto en la atmósfera que cubre el polo sur. Se ha observado su crecimiento progresivo en esta década.

Teniendo en cuenta la importancia de la capa de ozono para nuestra protección contra los efectos nocivos de los rayos ultravioletas del sol, una investigación paralela fue llevada a cabo para determinar la causa del porqué desaparece esta capa. Los resultados de esta investigación revelaron la presencia de cloro en la atmósfera, como la principal causa de destrucción del ozono.

A partir de ahí, todos los fluidos que contienen cloro fueron cuestionados. El protocolo de Montreal de septiembre de 1987 acabó con la decisión de la eliminación progresiva, a escala planetaria, del producto a base de cloro. Este fue el caso de la familia de los clorofluocarbono (CFC).

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La industria del frío, que utilizaba (y utiliza aún) los CFC (Rll, R12, R13, R13B1, Rl 14, RS00, R502), se vio afectada por esta decisión. Fueron iniciados trabajos de investigación para la construcción de nuevas instalaciones que funcionasen con otros tipos de fluidos. Inicialmente, el protocolo de Montreal preveía una disminución progresiva para llegar, después del año 2000, a la parada definitiva de la producción de los CFC.

Mientras unos investigadores trabajaban sobre la capa de ozono, otros se preocupaban de las consecuencias del efecto invernadero y de las causas que contribuían a su desarrollo. Aquí también, los CFC figuraban entre los fluidos responsables.

Estas observaciones suscitaron el deseo de adelantar el plazo límite para suprimir los CFC. Así, otras reuniones (Londres, Copenhague ... ) fijaron el fin de la producción para el 31 de diciembre de 1994 Este corto plazo planteó un problema pues los fluidos de sustitución no estaban aún listos para la comercialización a gran escala, o bien no salidos del laboratorio. Esto acabó con el anuncio de la escasez de CFC.

También, muchas instalaciones frigoríficas eran demasiado recientes para modificarlas, por culpa de los costes demasiado importantes. Se planteó entonces la siguiente cuestión:

¿Qué hacer para seguir explotando las instalaciones con R12, R502, etc., cuando esos fluidos sean escasos?

La solución final fue la de utilizar mezclas compuestas de fluidos no amenazados de .s desaparición. Se trata de fluidos sin acción sobre el ozono que no contribuyen ( o poco) al ~ recalentamiento del planeta.

Estas mezclas tomariam el lugar del R12 , R502....en las instalaciones existentes para permitir seguir rentabilizándolas mientras duren.

Esta solución exige que la instalación, una vez convertida al nuevo fluido, sigua compor- tándose de la misma manera, es decir:

  • misma temperatura de evaporación,
  • misma potencia frigorífica,
  • misma potencia absorbida.

Reglamentación

La preocupación por la protección de la naturaleza ha hecho que los gobernantes de los países industrializados tomen medidas preventivas.

Europa tiene en vigor un decreto que fija las reglas a respetar por los frigoristas y por los usuarios del frío.

Europa acaba también de dotarse de una nueva norma sobre las instalaciones frigoríficas: la norma EN 378, aplicable desde el 1/1/2001.

Ésta trata las exigencias de seguridad y del medio ambiente y se compone de 4 partes:

  • EN 378-1: Exigencias de base, definiciones, clasificaciones y criterios de elección.
  • EN 378-2: Diseño, construcción, pruebas, marcado y documentación.
  • EN 378-3: Instalación in situ y protección de las personas.
  • EN 378-4: Funcionamiento, mantenimiento, reparación y recuperación.







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