EL R22

Los gases refrigerantes hidroclorofluorocarburos (HCFC), son considerados la 2ª generación de gases refrigerantes fluorados (GF). Fueron desarrollados como alternativa más ecológica a los CFC, al tener un potencial de agotamiento de ozono (PAO) inferior al de los CFC, no obstante, siguen siendo gases de efecto invernadero, con un potencial de calentamiento global (PCG) medio/alto.

Los HCFC son compuestos formados por átomos de hidrógeno, cloro, flúor, y carbono. Al contener hidrógeno, les hace químicamente menos estables que sus predecesores CFC, y por consiguiente tener un menor PAO. El PAO de los HCFC es entorno al 10% del de los CFC.

Uno de los productos más utilizados por su amplitud de aplicaciones y rangos de temperaturas es el R-22. Es un producto muy valorado por los técnicos al ser puro, con buenas prestaciones termodinámicas (capacidad frigorífica y COP), además de trabajar a bajas presiones.

Distintas soluciones HCFC, normalmente mezclas, fueron diseñadas para su utilización en reconversiones simples y directas tipo (drop-in) de equipos existentes con CFC, como por ejemplo el R401A, R-401B, R-402A, R-402B, R-403B, R-408A, R-409A, R-416A, DI-36 y DI-44

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Al estar también afectados por el Protocolo de Montreal, los HCFC eran conocidos como gases de transición a los HFC, los cuales no destruyen la capa de ozono y por este motivo, fueron nombrados soluciones definitivas cuando aparecieron en el mercado.

En Europa, el uso y la comercialización de los HCFC está regulado por el Reglamento Europeo 1005-2009, del 16 de septiembre de 2009, sobre las sustancias que agotan la capa de ozono (SAO). Su uso como producto virgen para operaciones de mantenimiento se prohibió desde 2010, solo pudiéndose utilizar el producto reciclado o regenerado hasta 31 de diciembre de 2014. Fuera de Europa, siguen siendo muy utilizados aunque se encuentran en un proceso de eliminación gradual (phase out).

Los equipos con R22 tienen que subsistir hasta el 2015, y más allá de esta fecha, tendrán que cambiar de fluido. Se trata de Fig.2.35 Bonbona verde.practicar el "retrofit" con un fluido del tipo HFC, lo que implica reemplazar el aceite y ciertos órganos de la instalación.

Desde el punto de vista de la eficacia, el R22 es un fluido muy bueno, es el único que puede rivalizar con el amoniaco. Se calienta un poco menos durante la compresión (relación Cp/Cv = 1, 17 en vez de 1,33 para el amoniaco), y se admiten diferencias de temperatura de hasta 60° C entre la temperatura de condensación y la de evaporación para un solo escalonamiento de compresión.

Este fluido incoloro es casi imperceptible para el olfato. Las fugas pueden ser detectadas con una solución jabonosa, lampara haloidea o con un detector electrónico.

El R22 no es ni tóxico, ni corrosivo, ni inflamable. Sin embargo, se descompone al calor de una llama dando lugar a emanaciones de fosgeno muy peligroso para el ser humano.

En caso de fuga, hay que acordarse de que el R22 es más pesado que el aire ; la ventilación de los locales debe hacerse abajo. Aunque no tóxico, exponerse a una atmósfera que contiene 10% de R22 puede provocar trastornos graves.

Aplicaciones

El R22 cubre todas las aplicaciones corrientes de la industria del frío : climatización, refrigeración, congelación ... , y eso en las pequeñas, medianas y grandes instalaciones.







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